Flores de Primavera en Velatropa & Reserva

Fuente Original: Blog Libres Creando
Este es el archivo de flores de la primavera de 2011, en la Escoaldea Velatropa.

Hace click en las imagenes para verlas en grande 😉

Fotografa: Wicca.

Lantana Camara.

Lantana1 Lantana2
 Es una planta nativa de las regiones tropicales y subtropicales de Sudamérica y América Central. Sus hojas y frutos (estando verdes) son tóxicos.
Se propaga tan rápido y es tan resistente, que es considerada plaga en muchas partes del mundo.
Atrae abejas, mariposas y colibris.

Higuera infernal (Ricinus communis)

Higuera
Es un arbusto nativo de África tropical, que florece casi todo el año y suele tomar tonos rojisos oscuros y estar cubierto de un polvo blanco.
Sus semillas, pardas y muy bellas, son una de las toxinas biologías mas potentes que se conocen. Consumir menos de 10 unidades puede causar la muerte, y no existe antídoto.

Lavanda.

Lavanda2 Lavanda1
Es un arbusto cuya vida ronda los 6 años.
Tiene un perfume muy rico, que además ahuyenta insectos.
Sus flores son usadas por sus propiedades sedantes, antiinflamatorias, cicatrizantes, etc. para tratar Quemaduras, heridas, alergias…

Cosmos.

 Cosmos1 Cosmos2
Es una planta anual, nativa de México. Florece desde primavera hasta principio de otoño, resistiendo temperaturas muy altas en verano. Se multiplica por semillas en invierno y primavera.

Yuyo sapo (Wedelia glauca)

Yuyo

Planta originaria de América del norte. Es muy toxica, consumir 3kg de su hoja verde es mortal.

La planta vegeta en todo el año, lo que causa en en épocas de escasez, las vacas, cerdos, ovejas y otros animales, la consuman y mueran en menos de 24 horas.

Vinagrillo rosado (Oxalis Articulata)

Vinagrillo1 Vinagrillo2

Es una planta originaria de América del Sur (Paraguay)
Sus hojas y sus rizomas (que son tallos subterráneos parecidos a las raíces) son comestibles. Tienen un sabor agrio y se usan para ensaladas.
Las hojas en infusión se usan para bajar la fiebre.

Malvavisco (Abutilon grandifolium)

 Malvavisco3 Malvavisco2 Malvavisco1
Es una planta originaria de Sudamérica. Crece rápidamente, en pleno sol y media sombra.
Sus ramas son flexibles al cortarlas, y mantienen su forma cuando se secan, pero se vuelven muy quebradizas.
Es común verla en Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Argentina.

Geranio o hierba aguja.

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Es una planta originaria de la región sudafricana de El Cabo.
Es usada como decoración, porque crece con poca agua y tierra, y da una flor y un olor muy bello.
Como planta medicinal, se usa su cocimiento para disminuir los síntomas de la angina. También es un potente diurético.

Salvia Guaranitica.

Salvia1

Es una planta originaria de Sudamérica, fácil de encontrar en Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina. Es muy usada como decoración de jardines, y atrae colibries.

El nombre “Salvia”, viene del latín “Salvus”, que significa “Salud”, o “salveo” que significa “curar”

Cardo

Cardo
Es una planta con muchas espinas, que se encuentra comúnmente al sol, y al borde de caminos.
Practicamente toda la planta se come, y no tiene contraindicaciones.
Las alcachofas de la flor se comen crudas o cocinadas, sustituyendo a la alcachofa común, aunque es mas difícil de pelar.  Las hojas y el tallo se comen cocinados, sacándoles las espinas antes de cocinar.
Los pétalos son un sustituto del azafrán. Con la semilla tostada se hace un sustituto de café.
La raíz se come cruda.

Los pelitos algodonosos que recubren las hojas y el tallo se pueden usar para rellenar

almohadas. Un aceite obtenido de la semilla se usa como combustible de lámparas.

Don Diego de día (Ipomoea purpurea)

DonDiego1 DonDiego2
Es nativa de México y de Centroamérica, pero Actualmente se encuentra naturalizada en regiones tropicales y templadas de todo el mundo.
Las flores se cierran al atardecer y se abren al día siguiente con la salida del sol; a la inversa que Don Diego de noche, que sus flores se abren al atardecer y se cierran con la salida del sol.
Su semilla triangular es usada como alucinógeno, ya que da efectos parecidos al LSD, pero es altamente toxica.

Pasionaria (Passiflora caerulea)

Pasionaria1 Pasionaria2
Es una trepadora nativa de la region sur de Sudamérica. La infusion de su flor se usa para curar el insomnio, los dolores, y los nervios. Su uso no tiene contraindicaciones.
El fruto es muy rico, se llama Maracuya.

Frutilla silvestre (Duchesnea indica)

Frutilla1 Frutilla2 Frutilla3
 Es nativa del Asia del este y meridional. Por ahora no sabemos si el fruto es comestible, pero parece que no es dulce.

Plantas sin reconocer:

Otras1 Otras2 Otras3

Otras4Agradecemos al grupo “Gratiplantas”, por ayudarnos a identificar muchas flores.  Estamos intentando identificar todas las plantas, si conoces alguna o tenes información que te parezca importante, por favor comentanos  y actualizamos el post.:)

Reclamo por la reserva de la Costanera Norte

Legisladores opositores y autoridades de la UBA recorrieron el predio

La Nacion, 17-9-2014

http://www.lanacion.com.ar/1727800-reclamo-por-la-reserva-de-la-costanera-norte

Un grupo de legisladores porteños de la oposición recorrió ayer el predio que conforma la Reserva Ecológica de la Costanera Norte -situada detrás de la Ciudad Universitaria-, que aún no cuenta con un plan de manejo. El espacio verde, de 18 hectáreas, fue declarado reserva natural por la ley 4467 en diciembre de 2012.

“La ley establecía que en 90 días el gobierno de la ciudad y la UBA tenían que firmar un convenio detallando el plan de manejo de esta reserva y parque costero, que agregará 18 hectáreas de espacios verdes accesibles al público. Pero nada de eso ocurrió hasta ahora”, señaló la diputada porteña y presidenta de la Comisión de Ambiente de la Legislatura, María Eugenia Estenssoro.

Del recorrido también participaron los legisladores Pablo Bergel (Bien Común); Paula Penacca (FPV), José Campagnoli y Gabriela Cerruti (Nuevo Encuentro); el decano de Ciencia Exactas de la UBA, Juan Carlos Revoreda; el vicedecano de la Facultad de Arquitectura, Guillermo Bugarín, estudiantes, y miembros de organizaciones ambientalistas.

Estenssoro manifestó su voluntad de mediar para que el gobierno porteño y la UBA se pongan de acuerdo y comiencen los trabajos. “El ministro de Ambiente, Edgardo Cenzón, manifestó su voluntad de avanzar y resolver este tema. Lamentablemente, los legisladores de Pro que integran la comisión no han mostrado la misma intención y decidieron no participar de esta recorrida”, dijo.

Revoreda agregó: “Queremos poner nuevamente este tema en agenda”, y recordó: “La intención de recuperar este espacio viene desde el siglo pasado, ya que iniciamos las conversaciones en 1998”.

Según la ley, en el nuevo espacio está prohibida “cualquier obra o acción humana que degrade la biodiversidad, que estará destinada a trabajo científico y visitas guiadas para aquellos que lo deseen”.

Según un relevamiento realizado por investigadores, docentes y alumnos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en la reserva hay más de 200 especies de plantas y un número similar de animales.

[Nota] Un lugar para vivir fuera del tiempo

Por Claudio Molinari

Ref: http://www.yorokobu.es/ecoaldea-velatropa/

Situada a escondidas del gran complejo edilicio de la Ciudad Universitaria de Buenos Aires, junto una reserva natural abrazada al río, se encuentra la Eco Aldea Velatropa, una de las muchísimas iniciativas fascinantes del país y el mundo. Su particular atractivo: ser un oasis en la naturaleza, el tiempo y la legalidad, donde un grupo variopinto y dinámico lleva años desarrollando un proyecto basado en una visión alternativa de la vida y de cómo cada uno elige vivirla.

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Dependiendo del lado por el que uno ingrese, la aldea es una huerta poblada de tiendas de campaña y domos semiocultos en el monte, o una mezcla de bibliotecas, industria alimentaria y reciclado. Todo sobre el predio del que iba a ser el cuarto edificio de la Ciudad Universitaria, cuyos inmensos pilotes aún se elevan entre viveros y talleres, pero decorados con frescos y esculturas.

En la aldea, de belleza rústica aromatizada con un delicioso fuego de sándalo, el ambiente es distendido. Se nota que ya han recibido a algún que otro periodista, por lo que me acerco a los recientemente conocidos para que me cuenten su historia. Muchos de ellos prefieren que no les tome fotos o no me dan mucho detalle de sus vidas. Sin embargo, al cabo de un rato ya conversaban sin resquemores. Supongo que yo me sentiría igual ante un tipo con una cámara y un cuaderno.

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Quizá solo sea una sensación mía, ya que lo más bello fue la manera en que a lo largo de la mañana y la tarde fueron llegando visitantes a saludar y a recorrer la aldea. Algunos nos quedamos a tomar una comida vegetariana y otros siguieron su camino, como lo hacen todos los que acá viven, pasan y más de una vez regresan.

He aquí algunos de estos aventureros, su personal visión de las cosas y de la aldea como comunidad. Porque como me dijera Tserim, el reparador oficial de bicicletas de la aldea: «Una comunidad es ante todo la gente que la conforma».

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JACOBO, viajero. Colombia. «Llevo cuatro meses en el camino, viajando. Esta es una hermosa parada. Te enseña a vivir de tu cuerpo, te vuelve a ordenar, te enseña cocina, huerta, bioconstrucción, habilidades de circo. He venido a encontrar mi lugar, no barajo planes. Mis razones no son muy definidas. Sucede que nunca había venido a una comunidad, a convivir, a aprender a repartirnos las tareas que siempre han sido de todos. Algo tan obvio, ¿no?».

ANTONELLA, profesora de educación inicial. Capital: «Sentía mucha presión de la familia para hacer lo que se esperaba de mí. Así que primero me fui al centro a la casa de un amigo, después a Olivos con una amiga. Pero al final me decidí por algo un poco más extremo. Necesitaba aclarar las ideas, ver qué quería yo, cómo quería vivir. Y acá eso lo podés hacer. No sé cuánto tiempo me quedaré. Eso también está bueno, empezar a pensar en esos términos menos absolutos».

JORGE, viajero. Colombia. «Llevo ocho días acá. Estudio literatura y escribo poesía. Vengo mochileando del norte desde hace cinco meses, por Ecuador, Perú, Bolivia. Sin utilizar moneda, pidiendo a carros (coches) que me llevaran. Fabricando artesanías, mandalas, collares de mostacillas, haciendo un poco de circo, vendiendo caramelos, lo que salga. He visto que se puede vivir sin dinero e ir adonde te lleve tu curiosidad, tu ánimo. El viaje es una chimba (pasada)».

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ENRIQUE, orfebre. Rosario. «Conozco la aldea desde hace tiempo. En este viaje tuve la mala suerte de que me golpearan, me sacaron mis cosas; así que vine a pasar unos días acá, a reorganizarme. Ahora estoy empezando a fabricar estas piezas con hoja de palmera. Soy de esos que ha pasado muchos años solo, viviendo, viajando. Todos estamos muy locos o muy cuerdos, y creo que la vida en comunidad, como la de acá, nos hace bien a ambas especies».

MICHI, bailarina. Ecuador. «Llegué hace un mes con plan de estar tres años. Sabía que me iba a quedar a estudiar expresión corporal y fotografía. La facu de aquí al lado tiene pabellón. Por la mañana voy a Villa Crespo, por la tarde a la otra facultad. Mi meta es aprender todo lo que pueda acá para volver a montar algo como esto en Ecuador, porque allá estas cosas solo las pulsan (manejan) los extranjeros. Tengo mucha actividad y al mismo tiempo no sé qué día ni qué hora es. Cada día es una celebración».

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CLIN, hombre de talentos. Chile. «Llevo tres meses acá. Era vendedor de artesanías, pero un vendedor siempre es un chamuyero (mentiroso). Ahora hago malabares, actúo en el subte (metro) y cuento cuentos a niños. Me he dado cuenta de que me gusta andar en bicicleta, correr, el recicle. Este fin de semana un autor de teatro nos dio permiso para interpretar su obra. Fue muy bello. A la gente le hace falta aprender a ver, ver que pueden hacer y que se puede hacer lo que a uno le gusta y le da placer».

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MARCO, emprendedor. Miramar. «He estado muchas veces acá, conozco a muchos de los chicos. Me gusta la sensación de libertad; creo que cada uno viene a esta vida con una misión distinta, acorde con su capacidad para hacer cosas. Y como tengo la sensación de que puedo buscarme la vida en cualquier parte y de cualquier modo, la libertad me viene como anillo al dedo. Ahora me dedico a vender un mix de cereales sano y rico. Y me funciona genial, a la gente le encanta, se llama El Gran Olón».

CHIARA, música y terapeuta. Argentina. «Yo no podía parar de viajar, llevaba seis meses así. Así que me construí un domo geodésico, de esos en base a triángulos. Creo que lo voy a volver a construir y levantar un poco el suelo, por la humedad. Acá practico mi clarinete y mi canto ancestral, que es como practicar respiración meditativa. La técnica es la misma que la del clarinete o el didgeridoo. También alineo chacras, aprendo tarot y ensayo guitarra para ganar un poco de plata (dinero)».

 

ALE, estudiante. Colombia. «Inconscientemente acá vivimos en un tiempo diferente. Nos vamos fijando más en el movimiento natural de las cosas. He aprendido muy rápido a decir la hora solo por la posición del sol, a saber si me he levantado muy tarde. La idea fue venir a vivir y estudiar acá, quiero seguir artes audiovisuales en el IUNA. Se me ocurrió vivir aquí por dos cosas: por el contexto fuerte del que vengo y por las muchas historias que oía en boca de otros, sus sueños… el gran sueño de viajar».

PATRICIO, yogui. Argentina. «No estaba buscando específicamente, me perdí. Vine de clase a averiguar cómo era la aldea. Imaginaba un sitio más institucional, con guía, y no una comunidad. Yo soy de Mar del Plata, pero allá tampoco hay tantas chances de romper el ritmo, de encontrar momentos de descanso. Viste cómo es, la gente se va de vacaciones con la misma lógica con la que trabaja el resto del año. Pero llego y una chica me muestra la aldea, la naturaleza y la ribera, que es preciosa, y me ofrece un plato de comida. Y de pronto entrás en otra lógica, y está muy bien tener otra lógica».

 

Tan cerca, tan lejos – Reseva de Ciudad Universitaria

Después de ocho años de obras detenidas y deterioro, diputados porteños demostraron su interés para que se concrete la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria. El decano Reboreda recibió el martes pasado a los legisladores en plan de impulsar las obras y hacer viable el convenio entre la UBA y la Ciudad requerido por la ley de 2012 que creó la reserva. Exigió que el tema entre en agenda del gobierno porteño.

Cable 849, FCEyN, UBA – http://www.fcen.uba.ar/prensa/cable/2014/pdf/Cable_849.pdf

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Hoy es algo así como un gigantesco terreno baldío con grandes sectores de cemento que la vegetación se va encargando de recuperar para su bando sin prisa ni pausa. De un lado, Ciudad Universitaria. Del otro, el Río de la Plata. El jamón del medio es un terreno de más de 17 hectáreas con gran potencial para actividades de educación ambiental y esparcimiento de los porteños y, por qué no, de los vecinos bonaerenses. Con gran potencial pero hoy inaccesible, descuidado, sucio, sólo atravesado, a costa de romper alambrados, por algunos pescadores costeros y válido como refugio para un grupo de sin techo que fundaron un pequeño asentamiento.

Ese lugar verde y costero que fuera proyecto de parque natural, tentador en tardes de sol, resulta inutilizable para los habitantes de Buenos Aires y para los estudiantes y trabajadores de Ciudad Universitaria, que sólo pueden verlo desde las ventanas de los pisos superiores de los pabellones vecinos.

Con obras paralizadas desde 2008 pero con estatus de “Reserva ecológica”, otorgado por la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en diciembre de 2012 a través de la ley 4.467, el proyecto costero mostró en estos días indicios de impulso político. El martes 16, un grupo de legisladores porteños recorrió el lugar acompañado por integrantes de diversas ONG. El decano de Exactas UBA, Juan Carlos Reboreda, fue el anfitrión del paseo por lugares habitualmente inaccesibles y, posteriormente, expuso en la sala del Consejo Directivo sobre la historia y situación actual del proyecto de reserva ecológica. Involucrado desde el vamos en la problemática del área, Reboreda indicó, frente a los legisladores, que “la idea es poner en agenda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires este tema y ver si logramos que, después de este lapso de ocho años, se termine el parque natural y podamos utilizarlo”. Los legisladores, encabezados por la presidenta de la Comisión de Ambiente de la Legislatura, María Eugenia Estenssoro, después de la charla con las autoridades de la Facultad, volvieron a llevar ayer el tema a la Comisión (ver recuadro “El parque y los legisladores”).

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Durante la reunión que se llevó a cabo en la sala del Consejo Directivo, Reboreda expuso la historia y situación actual del proyecto de reserva ecológica. “La idea es poner en agenda del Gobierno de la Ciudad s este tema y ver si logramos que, después de este lapso de ocho años, se termine el parque natural y podamos utilizarlo”, afirmó.

Largos ocho años

La historia (más reciente) del lugar indica que en el año 1998 se iniciaron conversaciones entre representantes de las facultades de Ciencias Exactas y Naturales y de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Para esas dos facultades de la UBA, el sector en cuestión, pegadito a sus edificios, resultaba de gran interés por su utilidad como zona de esparcimiento para la comunidad de Ciudad Universitaria y para actividades de docencia e investigación, además de ser un espacio que merece ser conservado. Para la Ciudad, el interés pasaba por brindar un nuevo predio de cara al río para los vecinos. Alineados los planetas, Exactas, Arquitectura y el Área de Gestión de la Ribera de la Ciudad articularon un concurso de ideas que implicaba generar tres sectores: el Parque de la Memoria, la Plaza de la Concordia y el Parque Natural Ciudad Universitaria. En 1998, el estudio del arquitecto Tito Varas ganó el concurso y el Gobierno de la Ciudad inició el largo proceso de licitación. En 2006, el Parque de la Memoria estaba avanzado y los obradores se instalaron en lo que se planificaba como futuro Parque Natural. Y había plazo y promesa: en 2008 estarían las obras concluidas.

En 2006, por gestión de la entonces ministra de Derechos Humanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la actual diputada Gabriela Cerruti (quien también estuvo presente en la recorrida del martes), se acordó la relocalización de los más de 200 habitantes de un asentamiento que ocupaban un sector interior del predio. Una vez que se reubicó el asentamiento, comenzaron las obras. El proyecto preveía una zona costera parquizada, de acceso público; un anillo interior, también público, semiparquizado con especies nativas, y un sector central destinado a la conservación, con senderos sobreelevados que permitieran el acceso a la zona del humedal con un mínimo impacto del área a conservar. Escolleras, muelles y el esqueleto de hierro de un puente; las obras que se desarrollaron durante 2006 arrojaron ese saldo que, hasta ahora, es el definitivo. Al año siguiente, con el cambio de gobierno en la Ciudad, se desarticuló el Área de Gestión de la Ribera. Reboreda indicó al respecto que “se calcula que había un 70 por ciento de obra finalizada, que implicaba principalmente la obra civil de la costa. Quedaba pendiente el tema del parquizado”. A duras penas se concluyó, en 2008, el Parque de Memoria, empujado por la presión de los organismos de Derechos Humanos, y ahí terminaron las obras. Asimismo, el decano comentó que “en aquel momento hubo conversaciones, entre 15 y 20 reuniones, que juntaron a representantes de Gestión de la Ribera, de la UBA y de ONG y se elaboró, en forma consensuada, un plan de manejo para el parque natural”. Pero desde 2007 hasta fines de 2013 no ocurrió prácticamente nada. O nada bueno: el predio comenzó a utilizarse como sumidero de adoquines y se construyó una planicie de cemento que no estaba prevista en el proyecto inicial. A fines del año pasado, se generó un asentamiento precario, como señal del retroceso en el uso planificado del lugar.

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El martes 16, guiados por Reboreda, un grupo de legisladores porteños integrantes de la Comisión de Ambiente de la Legislatura junto con integrantes de ONG ambientalistas recorrió el paseo hasta lugares habitualmente inaccesibles. Estuvieron presentes María Eugenia Estenssoro (SUMA+), Pablo Bergel (Bien Común), Paula Penacca (Frente para la Victoria) y José Campagnoli y Gabriela Cerruti (ambos de Nuevo Encuentro).

La hora de la nueva ley
La ley 4.467 de diciembre de 2012, crea en su artículo primero la “Reserva Ecológica Ciudad Universitaria-Costanera Norte.” y en su artículo 5 dice que “La administración y la gestión de la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria -Costanera Norte serán objeto de un Convenio Específico a celebrarse entre la Universidad de Buenos Aires y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”. Este convenio debía concretarse en un plazo de 90 días
desde la sanción de la Ley pero el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no convocó a la UBA para tal fin. “Entiendo que hoy estaría la voluntad política por parte del Gobierno de la Ciudad para avanzar con este convenio y definir cómo se va a gestionar la reserva. “Nuestra propuesta es que se cree un consejo ejecutivo, con igual número de representantes de la UBA y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que designe un director y que supervise su gestión”. La diputada Estenssoro, durante la visita, en referencia a los diputados de la comisión de Ambiente, indicó: “decidimos darle seguimiento a este tema porque, como saben, la legislatura votó una ley en 2012 que establecía que la Ciudad debía convocar a la universidad a firmar un convenio para el manejo de la reserva-parque en un plazo de 90 días, cosa que hasta ahora no ha ocurrido. Nos interesa monitorear este proceso para que llegue a buen puerto y no se destruya todo lo que se ha avanzado.”

Cerrando su presentación para dar paso a opiniones y consultas de los legisladores y los demás presentes, Reboreda remarcó que el predio “podría ser utilizado durante la semana por los estudiantes y durante los fines de semana por el resto de los ciudadanos. Estamos perdiendo un sitio que tiene un gran valor educativo. Se da la combinación de que hay un ambiente seminatural que se puede restaurar y, al lado, una facultad con una carrera de Biología, con estudiantes que podrían desarrollar actividades de educación ambiental para colegios, pequeños proyectos de investigación y prácticos de algunas materias de la carrera de Biología. Además, nos estamos privando de un área de recreación que, posiblemente, sea una de las principales que tienen los habitantes de la ciudad de Buenos Aires”.

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Acordaron avanzar en la construcción de la Reserva Ciudad Universitaria

La presidenta de la Comisión de Ambiente de la Legislatura porteña, María Eugenia Estenssoro, destacó que “hay voluntad de trabajar en conjunto y de concretar el sueño de muchos, que es abrir la ciudad al río y hacer una costa más accesible”.
177La Comisión de Ambiente de la Ciudad se reunió para avanzar en la concreción de la firma del convenio entre el Gobierno de la Ciudad y la Universidad de Buenos Aires para la apertura del espacio denominado Reserva Costanera Norte/Ciudad Universitaria, creada mediante la ley 4467 en diciembre de 2012. Para ello, convocaron a funcionarios, representantes de la UBA y especialistas en temas ambientales. Asistieron como representantes del ejecutivo porteño Rodrigo Silvosa, subsecretario de Mantenimiento y Nicolás Quntana, director General de Espacios Verdes.La legisladora María Eugenia Estenssoro resaltó “el avance obtenido en el marco de la comisión en cuanto a la firma del convenio entre la UBA y el Gobierno de la Ciudad para concretar la apertura del predio Reserva Costanera Norte de Ciudad Universitaria””Veo voluntad de trabajar en conjunto para revalorizar la costa incluyendo la mirada quienes trabajaron tanto tiempo en este tema”, agregó. “Estamos muy cerca de concretar el sueño de muchos que es abrir la ciudad al río y hacer una costa más accesible”, concluyó Estenssoro.

Por su parte,el subsecretario de Mantenimiento de la Ciudad, Rodrigo Silvosa señaló que “queremos recuperar este espacio con el mismo modelo que implementamos en la costanera Sur, trabajando con las organizaciones de la sociedad civil”. “En estos día estamos teniendo un diálogo más fluido con la UBA, por lo tanto descarto que estamos muy cerca de firmar el convenio y el año que viene inaugurar el predio”.

A su turno, el director General de Espacios Verdes, Nicolás Quintana destacó que “no se requiere mucho presupuesto para la puesta en valor pero tal vez si en mantenimiento, seguridad, habitabilidad y equipamiento. El próximo 1° de octubre nos reuniremos con la UBA para ultimar detalles para la firma del convenio, tomando como base el plan presentado en 2007”.

Además, se refirió a las personas que habitan el predio afirmando que “junto a Desarrollo Social nos ocuparemos de su relocalización”.

Participaron de la reunión los legisladores Pablo Bergel, Agustín Fochieri, Paula Penacca, Gabriela Seijo, Cecilia De La Torre y Diana Martinez Barrios.

El diputado Bergel (Bien Común) reclamó que la reserva “se mantenga de la manera más natural” y solicitó que se estudie la posibilidad de “sacar todo el cemento que afecte al desenvolvimiento de la naturaleza”. Paula Penacca (FPV) solicitó a los funcionarios que mantengan informada a la comisión en cuanto a los avances en la implementación de la ley.

El martes pasado, los integrantes de la Comisión de Ambiente, recorrieron el predio afectado a la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria -Costanera Norte- a los efectos de interiorizarse sobre el estado de avance del sitio protegido y escuchar las opiniones e inquietudes de las autoridades de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Fueron recibidos por el Decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Juan Carlos Revoreda; el vice Decano de la Facultad de Arquitectura, Guillermo Bugarín, y por un representante del Rector de la Universidad de Buenos Aires, Alberto Edgardo Barbieri; quienes los acompañaron en la recorrida.

En la sesión ordinaria del jueves 13 de diciembre de 2012 mediante la sanción de la Ley N° 4467 se creó la reserva cuyos límites son: al suroeste, el muro de contención de la Ciudad Universitaria; al sureste, el muro de gaviones que contienen el espejo de agua; al nornoreste, el área zonificada como Urbanización Parque; y al nor-noroeste la desembocadura del Arroyo White. La norma indica que el Plan de Manejo deberá tomar como base el elaborado en el año 2007 por la UBA, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y diversas Organizaciones No Gubernamentales. Además, prohíbe alterar la Reserva Ecológica por impermeabilización de su superficie o con excavaciones, rellenos, desmontes o por cualquier otra obra o acción humana que degrade la biodiversidad de la zona, de acuerdo con lo establecido en el Plan de Manejo.

La Legislatura porteña aprobó crear la segunda reserva ecológica

Diario Perfil –  24/08/2013

La Ciudad tendrá su segunda reserva ecológica. Serán doce hectáreas ubicadas en Costanera Norte, justo al lado de Ciudad Universitaria, y se sumará a la que ya existe en Costanera Sur.

La mayor parte estará destinada a la protección de la flora y la fauna autóctonas y a la investigación científica, pero aproximadamente un tercio del lugar será convertido en un parque público frente al Río de la Plata.
El proyecto, del diputado Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico), fue aprobado el viernes por la madrugada, casi al final de la maratónica última sesión legislativa del año.

El área protegida estará delimitada por el muro de contención de Ciudad Universitaria, la calle de acceso a la desembocadura del arroyo Vega, el Parque de la Memoria y el Arroyo White.

La idea es que la nueva reserva forme parte de un “corredor verde costero” compuesto por otras áreas de importancia ecológica que van desde Avellaneda y Quilmes hasta Vicente López, pasando en la Ciudad por la Reserva Costanera Sur y el Parque Tres de Febrero.

Todo ese trayecto es utilizado por garzas, macaes, gallaretas y otras aves cuando migran.

“Va a permitir preservar un ecosistema que es único, y además, incorpora un importante sector de uso público sobre el Río de la Plata para que todos los ciudadanos puedan tener un nuevo acceso a la costa”, explicó Camps.

La península donde estará ubicado el parque se formó hace más de cuarenta años con escombros de la Ciudad y según un estudio de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA alberga hoy cerca de 200 especies de plantas y un número similar de animales.

Además de preservar el ecosistema, el objetivo es evitar que se pueda construir sobre esos terrenos para que sigan absorbiendo el agua de lluvia, algo crucial para reducir las inundaciones en la zona norte. Por eso, quedó expresamente prohibida cualquier modificación del suelo que impermeabilice la superficie.

La ley fue consensuada entre los diputados, varias ONG y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Para terminar de definir sus alcances, hace diez días se reunieron el titular de esa cartera, Diego Santilli, miembros de la comisión de Ambiente de la Legislatura y autoridades de la Universidad de Buenos Aires, que prestaron asesoramiento técnico. Entre los tres grupos decidirán en conjunto la forma en que se administrará el lugar.

Mientras esperaban la aprobación de la ley, varias organizaciones ya venían trabajando en el nuevo espacio verde. Una de las más activas fue la aldea ecologista Velatropa, que también está ubicada en Ciudad Universitaria.

Durante el último año sus militantes, mucho de ellos estudiantes de la UBA, se reunieron para elaborar planes, plantaron flora autóctona, delimitaron senderos y cuidaron los árboles existentes.

Referencia: http://www.perfil.com/ediciones/sociedad/-201212-736-0058.html

Una eco-aldea a media hora del Obelisco revive el sueño hippie

Diario Perfil – Josefina Hagelstrom | 24/08/2013

Una decena de personas cultiva, hace yoga y talleres e intenta vivir en armonía con la naturaleza, detrás de uno de los pabellones de la Ciudad Universitaria de la UBA. Galería de imágenes.

En el pabellón 5 de Ciudad Universitaria hay una aldea. Allí, donde terminan los edificios a cuyas aulas asisten miles de estudiantes, un grupo de 15 personas vive en un entorno natural, en contacto con la naturaleza, cosechando, acampando, reciclando. Parece inverosímil que en plena ciudad, tan cerca de una autopista y de un aeropuerto, pueda existir un lugar así. Pero no sólo existe, sino que también se sostiene.

Velatropa, como se llama la aldea, surgió primero como un experimento y se consolidó como un estilo de vida. Quienes viven ahí están de paso. Son en su mayoría estudiantes y viajeros de distintas nacionalidades. Personas que eligieron vivir de otra manera. Construyen casas de adobe y reciclan la basura para hacer compost, y con eso alimentar la tierra. Los primeros en instalarse fueron estudiantes de Biología de la UBA, preocupados por el futuro de ese espacio abandonado que iba a ser la sede de la facultad de Psicología, después un estacionamiento, y que terminó siendo un basural.

Las tierras pertenecen a la UBA, por lo que el desalojo siempre ha sido una amenaza latente. Ahora, en la tercera etapa de Velatropa, que ya cumple seis años –la primera vez que se instaló un grupo fue en los 90, después en el año 2000 y la última vez en 2007–, alcanzaron cierta estabilidad. El año pasado juntaron firmas para presentar un proyecto explicando quiénes son y qué hacen ahí, para que el lugar también forme parte de la reserva ecológica que va abrirse en Ciudad Universitaria.

Cualquiera puede entrar a Velatropa y asistir a los talleres de huerta, bioconstrucción, reciclado, macramé o anarquitectura arbórea (construcciones en los árboles). No hay jefes, y todas las tareas son compartidas. El lema es: “Ves una tarea, es tuya”. Todos limpian, construyen, cosechan. Se proponen como un centro de experimentación interdisciplinario, y se rigen por la permacultura, que implica un sistema sostenible donde el ambiente y las construcciones se integren armónicamente.

En la entrada hay un refugio hecho de adobe y basura reciclada. Allí hay una mesa, bibliotecas, una cartelera con anuncios de los talleres, una tela con artesanías –que venden a voluntad–, juegos de mesa, computadora, equipo de música, instrumentos. Todavía está en construcción, lo están pintando y terminando los revoques.

Son las 7 de la tarde del jueves, y los velatropenses resisten el frío. En una de las salas, dos personas juegan al ajedrez mientras en otra alguien dibuja y otro practica con un bajo. Guido y Juan estudian arquitectura. Con música clásica de fondo, fijan su atención en los planos en los que están trabajando. Ellos facilitan los talleres de bioconstrucción que se dan en la aldea dos veces por semana. Buscan así combinar lo que aprenden en la universidad con la experiencia vivida, convencidos de que se puede estimular un paradigma de construcción amigable con el medio ambiente. Al lado, Maxi dibuja en un cuaderno. Los muestra: son cómics que después sube a internet, para compartirlos. Es chileno, pero hace 12 años que está viajando en bicicleta.

Bicicletas hay en todos lados. Es que los velatropenses no están todo el día en la aldea. Algunos incluso van a trabajar al microcentro y vuelven por la tarde. También tienen un panel solar y una canilla de agua corriente que les cedió la UBA.

Hacen encuentros con cada luna llena, donde debaten cómo se sienten y hacia dónde van. También hacen festivales, a los que puede asistir cualquiera. Hace un mes celebraron los seis años de la aldea. En las huertas que armaron en tierras que eran escombros se pueden encontrar alcauciles, bananos, cebolla, apio, paltos, acelga, mora. “Hay plantas que recién están empezando a crecer y van a tardar años en dar frutos. Hay flores medicinales. El autosustento es un proceso”, explica Sacha, un velatropense.

Quieren que algún día el lugar se convierta en un bosque frutal, donde los estudiantes puedan acercarse a estudiar y disfrutar de la naturaleza. Algunas cátedras de arquitectura llevan a sus alumnos a charlas ahí, o los velatropenses van a sus clases a contar experiencias. También las escuelas pueden organizar paseos para que los alumnos vean ejemplos concretos de ecología y sostenibilidad que puedan aplicar en la práctica cotidiana.

Velatropa es una experiencia compleja, y está abierto a cualquiera que quiera saber de qué se trata.

Referencia http://www.perfil.com/sociedad/Una-eco-aldea-a-media-hora-del-Obelisco-revive-el-sueo-hippie–20130824-0014.html