La Legislatura porteña aprobó crear la segunda reserva ecológica

Diario Perfil –  24/08/2013

La Ciudad tendrá su segunda reserva ecológica. Serán doce hectáreas ubicadas en Costanera Norte, justo al lado de Ciudad Universitaria, y se sumará a la que ya existe en Costanera Sur.

La mayor parte estará destinada a la protección de la flora y la fauna autóctonas y a la investigación científica, pero aproximadamente un tercio del lugar será convertido en un parque público frente al Río de la Plata.
El proyecto, del diputado Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico), fue aprobado el viernes por la madrugada, casi al final de la maratónica última sesión legislativa del año.

El área protegida estará delimitada por el muro de contención de Ciudad Universitaria, la calle de acceso a la desembocadura del arroyo Vega, el Parque de la Memoria y el Arroyo White.

La idea es que la nueva reserva forme parte de un “corredor verde costero” compuesto por otras áreas de importancia ecológica que van desde Avellaneda y Quilmes hasta Vicente López, pasando en la Ciudad por la Reserva Costanera Sur y el Parque Tres de Febrero.

Todo ese trayecto es utilizado por garzas, macaes, gallaretas y otras aves cuando migran.

“Va a permitir preservar un ecosistema que es único, y además, incorpora un importante sector de uso público sobre el Río de la Plata para que todos los ciudadanos puedan tener un nuevo acceso a la costa”, explicó Camps.

La península donde estará ubicado el parque se formó hace más de cuarenta años con escombros de la Ciudad y según un estudio de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA alberga hoy cerca de 200 especies de plantas y un número similar de animales.

Además de preservar el ecosistema, el objetivo es evitar que se pueda construir sobre esos terrenos para que sigan absorbiendo el agua de lluvia, algo crucial para reducir las inundaciones en la zona norte. Por eso, quedó expresamente prohibida cualquier modificación del suelo que impermeabilice la superficie.

La ley fue consensuada entre los diputados, varias ONG y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Para terminar de definir sus alcances, hace diez días se reunieron el titular de esa cartera, Diego Santilli, miembros de la comisión de Ambiente de la Legislatura y autoridades de la Universidad de Buenos Aires, que prestaron asesoramiento técnico. Entre los tres grupos decidirán en conjunto la forma en que se administrará el lugar.

Mientras esperaban la aprobación de la ley, varias organizaciones ya venían trabajando en el nuevo espacio verde. Una de las más activas fue la aldea ecologista Velatropa, que también está ubicada en Ciudad Universitaria.

Durante el último año sus militantes, mucho de ellos estudiantes de la UBA, se reunieron para elaborar planes, plantaron flora autóctona, delimitaron senderos y cuidaron los árboles existentes.

Referencia: http://www.perfil.com/ediciones/sociedad/-201212-736-0058.html

Una eco-aldea a media hora del Obelisco revive el sueño hippie

Diario Perfil – Josefina Hagelstrom | 24/08/2013

Una decena de personas cultiva, hace yoga y talleres e intenta vivir en armonía con la naturaleza, detrás de uno de los pabellones de la Ciudad Universitaria de la UBA. Galería de imágenes.

En el pabellón 5 de Ciudad Universitaria hay una aldea. Allí, donde terminan los edificios a cuyas aulas asisten miles de estudiantes, un grupo de 15 personas vive en un entorno natural, en contacto con la naturaleza, cosechando, acampando, reciclando. Parece inverosímil que en plena ciudad, tan cerca de una autopista y de un aeropuerto, pueda existir un lugar así. Pero no sólo existe, sino que también se sostiene.

Velatropa, como se llama la aldea, surgió primero como un experimento y se consolidó como un estilo de vida. Quienes viven ahí están de paso. Son en su mayoría estudiantes y viajeros de distintas nacionalidades. Personas que eligieron vivir de otra manera. Construyen casas de adobe y reciclan la basura para hacer compost, y con eso alimentar la tierra. Los primeros en instalarse fueron estudiantes de Biología de la UBA, preocupados por el futuro de ese espacio abandonado que iba a ser la sede de la facultad de Psicología, después un estacionamiento, y que terminó siendo un basural.

Las tierras pertenecen a la UBA, por lo que el desalojo siempre ha sido una amenaza latente. Ahora, en la tercera etapa de Velatropa, que ya cumple seis años –la primera vez que se instaló un grupo fue en los 90, después en el año 2000 y la última vez en 2007–, alcanzaron cierta estabilidad. El año pasado juntaron firmas para presentar un proyecto explicando quiénes son y qué hacen ahí, para que el lugar también forme parte de la reserva ecológica que va abrirse en Ciudad Universitaria.

Cualquiera puede entrar a Velatropa y asistir a los talleres de huerta, bioconstrucción, reciclado, macramé o anarquitectura arbórea (construcciones en los árboles). No hay jefes, y todas las tareas son compartidas. El lema es: “Ves una tarea, es tuya”. Todos limpian, construyen, cosechan. Se proponen como un centro de experimentación interdisciplinario, y se rigen por la permacultura, que implica un sistema sostenible donde el ambiente y las construcciones se integren armónicamente.

En la entrada hay un refugio hecho de adobe y basura reciclada. Allí hay una mesa, bibliotecas, una cartelera con anuncios de los talleres, una tela con artesanías –que venden a voluntad–, juegos de mesa, computadora, equipo de música, instrumentos. Todavía está en construcción, lo están pintando y terminando los revoques.

Son las 7 de la tarde del jueves, y los velatropenses resisten el frío. En una de las salas, dos personas juegan al ajedrez mientras en otra alguien dibuja y otro practica con un bajo. Guido y Juan estudian arquitectura. Con música clásica de fondo, fijan su atención en los planos en los que están trabajando. Ellos facilitan los talleres de bioconstrucción que se dan en la aldea dos veces por semana. Buscan así combinar lo que aprenden en la universidad con la experiencia vivida, convencidos de que se puede estimular un paradigma de construcción amigable con el medio ambiente. Al lado, Maxi dibuja en un cuaderno. Los muestra: son cómics que después sube a internet, para compartirlos. Es chileno, pero hace 12 años que está viajando en bicicleta.

Bicicletas hay en todos lados. Es que los velatropenses no están todo el día en la aldea. Algunos incluso van a trabajar al microcentro y vuelven por la tarde. También tienen un panel solar y una canilla de agua corriente que les cedió la UBA.

Hacen encuentros con cada luna llena, donde debaten cómo se sienten y hacia dónde van. También hacen festivales, a los que puede asistir cualquiera. Hace un mes celebraron los seis años de la aldea. En las huertas que armaron en tierras que eran escombros se pueden encontrar alcauciles, bananos, cebolla, apio, paltos, acelga, mora. “Hay plantas que recién están empezando a crecer y van a tardar años en dar frutos. Hay flores medicinales. El autosustento es un proceso”, explica Sacha, un velatropense.

Quieren que algún día el lugar se convierta en un bosque frutal, donde los estudiantes puedan acercarse a estudiar y disfrutar de la naturaleza. Algunas cátedras de arquitectura llevan a sus alumnos a charlas ahí, o los velatropenses van a sus clases a contar experiencias. También las escuelas pueden organizar paseos para que los alumnos vean ejemplos concretos de ecología y sostenibilidad que puedan aplicar en la práctica cotidiana.

Velatropa es una experiencia compleja, y está abierto a cualquiera que quiera saber de qué se trata.

Referencia http://www.perfil.com/sociedad/Una-eco-aldea-a-media-hora-del-Obelisco-revive-el-sueo-hippie–20130824-0014.html

Nota TeleSur Ecologistas argentinos desarrollan técnicas de construcción [2012-02-12]

httpv://youtu.be/Fl2LDT7vrTw

En Argentina, comunidades ecologistas desarrollan técnicas de construcción que utilizan elementos naturales y reciclados que además de proteger el medio ambiente, resultan más económicos. teleSUR
Corresponsal: Marina Pagnutti
Programa de origen: teleSUR Noticias

Fuentes

Buenos Aires: Leyendas de Pasajes Urbanos

velatropa

Este texto corresponde a un fragmento de Holger Hieronimi que escribió en la página de tierraamor.org donde relata su apreciación en la visita a Velatropa.

Durante una mañana, Ilan y yo salimos a visitar el “Parque Natural y Centro Experimental Interdisciplinario Velatropa”, gracias a una recomendación de nuestro amigo Raúl Vélez, actual cuidador de nuestra granjita familiar en México. Ubicado en un predio colindante a la Ciudad Universitaria (UBA) en la Capital Federal, el proyecto se desarrolla en medio ruinas de lo que fue proyectado hace más de cincuenta años como una gran construcción universitaria, la cual nunca fue terminada. Quedaron pilares y planchas de concreto, nada más. El terreno y sus alrededores, se convirtieron posteriormente en un basural y tiradero de escombros, hasta que hace aproximadamente cuatro años, un grupo de jóvenes lo rescató, convirtiéndolo en un un centro de desarrollo para experimentar con formas alternativas de vida. Se pueden apreciar construcciones de barro y tierra, varias estufas y hornos de leña, un pequeño gallinero, huertas urbanas, un centro de juegos naturales para niños (fabricados con materiales reciclados), y varias casitas experimentales escondidas entre los árboles y arbustos, donde vive un nutrido grupo (poco estable) de aproximadamente 30 jóvenes. Lo que más me asombró al ver el proyecto (y las fotos que documentan su desarrollo desde que este se fundó en 2007), fue la riqueza del entorno natural, después de tan poco tiempo de haber iniciado el proceso de recuperación. Si es posible lograr un ambiente tan vivo y diverso con relativamente pocos conocimientos y experiencia en la materia, pero mucha buena voluntad y entusiasmo, las perspectivas para una futura regeneración de amplias zonas urbanas no son para nada despreciables. Mientras tanto, este proyecto ofrece a muchos jóvenes una forma alternativa de desarrollo y aprendizaje, estableciendo un hermoso contraste a las gigantescas y cuadradas instalaciones académicas que se ubican a unos pocos metros.

Reserva ecológica en Ciudad Universitaria

Un tesoro verde en el medio de la ciudad

Por Vanesa Ades y Malena Maroli

Un enorme espacio aledaño a la FCEN que podría convertirse en reserva ecológica, con un gran potencial para recreación y fines académicos.
Detrás del Pabellón II de la Ciudad Universitaria, edificio de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN), se esconde una franja ribereña denominada “península de la Ciudad Universitaria”. Como el resto del terreno de la zona, la península es de origen antrópico: se formó hace más de cuatro décadas con tierras de relleno y escombros, y los procesos naturales que actúan desde esa época han posibilitado la colonización de ese espacio por una amplia diversidad de especies vegetales y animales. Gran parte de las especies vegetales que allí se radicaron provienen del ambiente del Delta del Río Paraná, muy cercano, y han sido dispersadas por el Río de la Plata. Un relevamiento del año 2007 llevado a cabo por investigadores, docentes y estudiantes de la FCEN, indica que allí existirían más de 200 especies de plantas vasculares y un número similar de especies de vertebrados. Esta diversidad biológica constituye parte importante del acervo de este sitio, con un gran potencial educativo y de conservación de especies en su ámbito original. Pero no todas son buenas noticias, también se encuentran ampliamente distribuídas especies vegetales exóticas, como el paraíso, café del río, el ligustro y la ligustrina.
No mucha gente conoce la existencia de este parque, aunque se encuentra dentro del barrio de Nuñez (Comuna 13), a metros del estadio Monumental de River Plate. La mayor parte de los vecinos de la zona ignoran su existencia por completo, y de los estudiantes que saben que hay una reserva, muchos piensan que ésta es lo que llamamos “El Pantano”, cuando ésta zona no forma parte del terreno de la reserva. Lo que sí forma parte de la reserva se encuentra del otro lado de la laguna.
Para ser considerado reserva ecológica, un terreno debe tener una zona de conservación, o núcleo; una zona tampón, o buffer; y finalmente, una zona exterior de transición, donde se fomenten y practiquen actividades sustentables. Como este hecho no es de amplio conocimiento, vemos necesario llevar a cabo una gran tarea de concientización y difusión destinada a los vecinos del barrio y la Ciudad, y sobre todo a la comunidad que cotidianamente habita la Ciudad Universitaria, que es la que en principio gozará de los beneficios de contar con una reserva natural. Un punto interesante de esta reserva, es que no sólo la disfrutará el público en general teniendo acceso a la naturaleza, sino que tendrá otros beneficiados, los estudiantes de la carrera de biología, y sus investigadores, dado que es un espacio que se puede utilizar tanto para prácticos de diferentes materias, como para investigación. Además, puede ser de utilidad para otras carreras de la FCEN y la FADU, como Geología, Química, Paisajismo, entre otras.
El proyecto de ley que denota a esta área como reserva ecológica comenzó a gestarse hace varios años, obteniéndose en el año 2007 un plan de manejo, realizado en conjunto por  el gobierno de la CABA (por la que se denominaba Área de Gestión de la Ribera), representantes de FCEN y FADU, y varias ONGs. Sin embargo, durante ese año el proyecto no prosperó; quedó trunco y se vio la parálisis de las construcciones. Por un tiempo no hubo nuevas noticias al respecto. En el año 2010 se abrió otro capítulo de esta historia, cuando se comenzó a redactar un nuevo proyecto de ley, con autoría del legislador Adrián Camps, del Partido Socialista Auténtico en el Movimiento Proyecto Sur.
En esta nueva versión del proyecto se incluyó, dentro del Consejo Asesor con carácter consultivo (gracias al trabajo constante de un grupo de estudiantes de la FCEN), a un representante por cada uno de los Consejos Departamentales (CODEPs) de Ecología, Genética y Evolución (EGE), y de Biodiversidad y Biología Experimental (BBE). De esta manera los biólogos tendremos injerencia en los asuntos relacionados con la gestión de este espacio natural.
Una serie de acontecimientos importantes comenzaron con la denominación de Área de Reserva Ecológica, lo que se logró el 3 de junio de 2010. Luego, el proyecto pasó a la Comisión de Ecología, siguiendo por la de Planeamiento Urbano, para llegar a ser votada y aprobada por los legisladores porteños en la sesión del 1 de diciembre 2011. Ahora, los pasos que siguen son dos: la audiencia pública, que como el nombre lo indica, es abierta al público para que todos tengan la oportunidad de participar y aportar sus ideas; y finalmente la segunda votación por parte de los legisladores, esta vez con las modificaciones realizadas después de la audiencia pública.
La audiencia pública se llevará a cabo el 24 de abril en la Legislatura de Buenos Aires. Invitamos a toda la comunidad universitaria a que se informe sobre el tema y participe de la misma, para unir fuerzas en pos de ganar este nuevo espacio, la segunda reserva ecológica de la Ciudad de Buenos Aires. No sólo como un espacio verde, muy necesario en esta gran ciudad, sino también por su gran potencial valor en la concientización sobre el uso sustentable del ambiente por parte de toda la sociedad. Es la oportunidad para conseguir un espacio que una la brecha entre las ciencias naturales y la sociedad, y no hay que desaprovecharla.

Para más información visiten: http://recostaneranorte.blogspot.com/

Referencia:

  • http://www.revista-adn.com.ar/2012/03/reserva-ecologica-en-ciudad.html

La Ciudad, más cerca de tener su segunda reserva ecológica

Se aprobó en primera instancia el proyecto que presentó el diputado de Proyecto Sur, Adrián Camps, para crear una reserva ecológica en Costanera Norte, en terrenos aledaños a Ciudad Universitaria. “Permitirá a los porteños proteger y conservar nuestro patrimonio natural, además del beneficio de aliviar los efectos de la carga humana en la Ciudad”, festejó el legislador.

En la sesión de este jueves, la Legislatura aprobó varios proyectos interesantes que pasaron desapercibidos por la opinión pública debido a los incidentes y la polémica que generó el proyecto de modificación de las Juntas de Clasificación Docente. Uno de ellos fue el que presentó el diputado de Proyecto Sur Adrián Camps para crear una nueva reserva ecológica en terreno porteño, y que ayer recibió su aprobación en primera lectura.

La iniciativa propone la creación de la “Reserva Ecológica Costanera Norte” en terrenos aledaños a la Ciudad Universitaria con el objetivo de que los porteños tengan otro espacio verde donde esparcirse de forma libre y gratuita.

“Esta nueva reserva permitirá a los porteños proteger y conservar nuestro patrimonio natural, además del beneficio de aliviar los efectos de la carga humana en la Ciudad de Buenos Aires”, aseguró Camps.

El Poder Ejecutivo será el responsable de elaborar el “Plan de Manejo” de la Reserva con el asesoramiento de un Consejo Asesor que estará integrado por un representante del Rectorado de la UBA, otro de la Facultad de Arquitectura (FADU,UBA), uno del Consejo Departamental de Biodiversidad y Biología Experimental (FCEN,UBA), otro representante del Consejo Departamental de Ecología, Genética y Evolución (FCEN,UBA), un representante del Consejo Consultivo Comunal de la Comuna 13 y tres Organizaciones No Gubernamentales ambientalistas, cada una de las cuales estará representada por un miembro.

El nuevo espacio verde que tendrá la Ciudad, si se aprueba el proyecto en segunda instancia, está ubicado y delimitado al suroeste por el muro de contención de la Ciudad Universitaria; al sureste, la desembocadura del Arroyo Vega y el Parque de la Memoria; al nor-noreste, la Costa del Río de la Plata y al nor-noroeste la desembocadura del Arroyo White y la sede náutica del Club Universitario Buenos Aires. [Esto no abarca el predio en el cual estamos actual y principalmente trabajando en Velatropa y también deseamos que sea reconocido como área protegida.]

“La zona tiene una gran importancia educativa y científica por su cercanía con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA [y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanística]. Sus alumnos podrán realizar trabajos de campo sin necesidad de realizar viajes largos y costosos, así como también los estudiantes de colegios primarios y secundarios podrán conocer y aprender sobre la flora y la fauna nativas, sin necesidad de salir de la Ciudad”, explicó también Camps, autor de la propuesta.

El proyecto del diputado de Proyecto Sur fue aprobado en primera instancia y deberá pasar por audiencia pública para luego ser sancionado definitivamente en segunda instancia.

Aquí pueden descargar el último borrador de la Ley 1385-d-10 modif. al 4-11-10

1385-D-2010 Despacho[1]

Referencia del artículo.

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